La presente clase de religión titulada “Las bienaventuranzas”, orientada a tercer grado, tiene como objetivo que el estudiante comprenda qué son las bienaventuranzas, por qué Jesús las enseñó y cómo aplicarlas en su vida diaria para acercarse más a Dios y al prójimo. Al final del texto encontrará el botón descargar PDF, donde además de la clase incluye actividades para evaluar lo aprendido.
LAS BIENAVENTURANZAS
¿Qué son las Bienaventuranzas?
Las Bienaventuranzas son enseñanzas muy importantes que Jesús dio durante un sermón conocido como el Sermón de la Montaña (Mateo 5:1-12). En estas enseñanzas, Jesús nos muestra cómo vivir para ser felices y agradar a Dios. La palabra “bienaventurado” significa “muy feliz” o “bendecido por Dios”.
Jesús nos explica que las cosas más importantes para ser felices no son el dinero o las cosas materiales, sino tener un corazón bueno, amar a los demás y confiar siempre en Dios.
A continuación, veremos cuáles son esas bienaventuranzas y lo que significan:
- Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Jesús nos invita a ser humildes y no creernos mejores que los demás.
- Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados.
Dios consuela a quienes están tristes y les da esperanza.
- Bienaventurados los mansos, porque heredarán la tierra.
Ser mansos significa ser pacientes, amables y no buscar peleas.
- Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Dios ama a quienes desean que haya justicia y paz en el mundo.
- Bienaventurados los misericordiosos, porque alcanzarán misericordia.
Si somos buenos y perdonamos a los demás, Dios también será bueno con nosotros.
- Bienaventurados los limpios de corazón, porque verán a Dios.
Un corazón limpio es sincero, bueno y está lleno de amor.
- Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
Dios ama a quienes buscan unir a las personas y no causar problemas.
- Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
A veces, hacer lo correcto puede ser difícil, pero Dios nos recompensa por ser valientes.

Fuentes:
- La Biblia: Mateo 5:1-12
- Catecismo de la Iglesia Católica (números 1716-1717)